«La batalla del Somme (1916), fue el enfrentamiento más largo y sangriento de la Primera Guerra Mundial.

Actualmente, la región es un apacible rincón de Francia, dedicado básicamente a la agricultura,

de suaves paisajes de lomas verdes, pero plagado de cementerios y monumentos memoriales

de los combatientes fallecidos, testigos mudos de la barbarie y el sinsentido de las guerras».