El 13 de noviembre de 2002, el petrolero Prestige se accidentó frente a la Costa de la Muerte cargado con 77.000 toneladas de fuel-óleo. Tras varios días de maniobras para alejarlo de la costa gallega se acabó hundiendo el 19 de noviembre, a unos 250 km de la misma.

El Planeta Herido
Metidos dentro de sus máscaras protectoras, los voluntarios que limpiaron el tóxico chapapote tienen un aire extraño de animales mutantes, o de alienígenas recién aterrizados en un planeta inhóspito. Y ese planeta irrespirable, esa tierra mefítica y agónica es la nuestra. Cuánta codicia imbécil, cuánta ineptitud, cuánta irresponsabilidad perseverante hacen falta para envenenar el entorno de este modo, para herir nuestras costas con una lesión tan grave y tan profunda. Para convertimos en marcianos de nuestro propio mundo. 

Rosa Montero